EL RETO ES TENER MENOS Y SER MAS

JIL VAN EYLE Creador de la iniciativa solidaria “TEAMING”
GANO MUCHO DINERO, PERO UN DIA LO PERDIO TODO, SUS VALORES CAMBIARON AL NACER SU HIJA CON UNA GRAVE ENFERMEDAD. AHORA DICE SER MUCHO MAS FELIZ
TEAMING:
El proyecto solidario Teaming consiste en destinar voluntariamente, junto a compañeros de trabajo la cantidad simbolica de un euro al mes a una ONG elegida por nosotros. Asi, si somos cien empleados, reunimos cien euros al mes, de modo que una microdonacion que no seria viable se convierte ya en una aportación a tener en cuenta. Teaming no dispone de numero de cuenta ni obtiene ganancia alguna, se trata de una idea. Mas información en: www.teaming.info.
Jil Van Eyle dice que fue un idiota durante buena parte de su vida. “Antes de que naciera mi hija Monica con hidrocefalia, yo era un ejecutivo agresivoy muy prepotente que unicamente pensaba en mi mismo, en ganar mucho dinero y en conducir un Porsche.” Es muy critico consigo mismo cuando recuerda que aquel coche era el simbolo de todo lo que aspiraba en la vida. Era el reflejo de una profunda inseguridad: “Queria tapar una gran infelicidad”.
Se recuerda dando vueltas en su Porsche nuevo por el centro de su ciudad de entonces, Amsterdam, y pensando que la autentica felicidad era que las mujeres guapas lo mirasen. Jil no respetaba a nadie. Trataba mal a sus empleados, a su familia.
Creia que el mundo se dividia en ganadores y perdedores, y que el era un ganador. “Estaba rodeado de muchas personas pero en el fondo no tenia ningun amigo”, confiesa. Hasta que nacio Monica.
Despues creo el proyecto solidario Teaming, al que dedica su vida. Justo antes, habia trabajado como asistente personal del ex entrenador del Barcelona Frank Rijkaard. De el aprendio, sobre todo, HUMILDAD.
“Frank siempre me decia que, para aprender a ser humilde, no hay cursillos”. Ahira Jil conduce un coche viejo y pequeño.
Hace poco ha publicado el libro “Como deje de ser un idiota (Ed. Martinez Roca), basado en su experiencia vital.
Le preguntaron como ha cambiado su dia a dia. “Ahora disfruto de las cosas pequeñas, y esto me lo ha enseñado Monica”. Ella, debido a sus discapacidades, no sabe que es mañana o ayer. No sabe que es el dinero o la muerte. Por eso disfruta de las pequeñas cosas, como comerse un helado o un donut. Esta muy contenta cuando llueve, o cuando hace mucho viento. Gracias a ella he empezado a valorar todo eso. A veces, le preguntan si se ha vuelto Hippy. Y el responde que no hace falta ser hippy para valorar lo que realmente importa.
Afirma que debemos pasar por lo que llamamos “FRACASOS” para crecer, mejorar y cambiar. “Lo aprendi de mi epoca de ejecutivo agresivo y del hecho de perderlo todo”.
A veces un fracaso sirve para descubrir quien eres realmente y quienes son tus amigos.
Gracias al problema con el que nacio Monica, por fin se quien soy y hacia donde voy. Ha sido un regalo del cielo. ¿Un regalo del cielo? Si, desde que Monica esta con nosotros me ha sucedido cosas increíbles, pequeños milagros, cosas que de ninguna manera pueden ser casualidad y que me demuestran que no estamos solos. Llamalo Universo, o Dios, o como quieras.
Para Jil Van Eyle, el sentido de la vida es crecer espiritualmente. Se trata, según el, de pasar por experiencias: “Pero es un error querer clasificarlas en buenas o malas. Para entenderlas mejor, es importante deshacerse de cosas materiales.
Muchas veces pensamos que el sentido de la vida es construir un patrimonio, pero creo justamente lo contarrio. El reto esta en tener cada vez menos y ser cada vez mas”.
Jil duerme poco, unas cuatro o cinco horas diarias. “Eso me permite reflexionar en los momentos de silencio de primera hora de la mañana. Durante ese silencio, me siento en contacto con el Universo. Ideas como el Teaming me han surgido en esos momentos. Nunca rezo, ni pido nada a Dios. Creo que todo esta escrito y que no hace falta pedir. Lo unico que hago durante el dia, y muchas veces, es dar la gracias.

REFLEXION

¿REALMENTE NECESITAMOS FRACASAR?
A VECES ME HACE PENSAR QUE SI, PORQUE ES LO QUE NOS HACE CRECER, MEJORAR Y CAMBIAR. Y NOS PERMITE DESCUBRIR QUIENES SOMOS REALMENTE Y DE DONDE VENIMOS, Y HACIA DONDE QUEREMOS LLEGAR.
UN SALUDO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCION
TU FUTURO NO ES UN JUEGO DE AZAR

UNA MUJER TRAS LAS CORTINAS

Jacques Yves Cousteau pasó toda su vida en el mar, no contento con inventar los equipos de buceo actuales recorrió el mundo, a bordo del Calypso para enseñarle a la humanidad la grandiosidad de los océanos.
Muchos hombres y mujeres crecimos entre sus imágenes, muchos fuimos contagiados por su “fiebre de mar”, jugábamos de chicos a ser buzos del Calypso, conocíamos todas sus historias, vivimos todas sus inmersiones.
Pero la mayoría de la gente jamás conoció la historia del día que el Calypso se perdió, de aquel día que pudo ser el último día de una historia que aún no había comenzado.
Terminaba la década del ´40, no era una época fácil en Europa. La segunda guerra mundial había dejado a Francia en ruinas. Jacques Cousteau, un joven oficial de la marina decide dar un vuelco a su vida, con la ayuda de sus amigos y un patronicador secreto, compra un viejo dragaminas fuera de servicio y lo bautiza “Calypso“, renuncia a la marina y convence a un grupo de buzos de acompañarlo en la gran aventura: Recorrer los mares del mundo filmando los fondos oceánicos.
Todos sus ahorros se gastaron en equipamientos, vendió su casa para costear el viaje, todo su pasado y su futuro estaban puestos en ese viejo barco. Partieron rumbo al Mar Rojo donde planeaban filmar su primera película.
Al llegar anclaron el barco cerca de la costa de Egipto y todos los hombres fueron al agua, en el barco sólo quedó la esposa de Cousteau, Simone.
Mientras que los buzos estaban bajo el agua el cielo se cubrió de nubes, la superficie del mar se encrespó, comenzó a soplar un fuerte viento. Los buzos no pudieron volver al barco, nadaron hacia la costa. Una vez ahí contemplaron al Calypso que se sacudía con cada golpe de ola, tironeando el cabo del ancla que se rompería inevitablemente. Cousteau temía por su esposa, una mujer delgada que no tenía idea de barcos ni de navegación. Los buzos presos de impotencia esperaban la rotura del cabo del ancla para ver como todas sus ilusiones se hundían con el viejo buque.
El cabo se rompió en un estallido seco e inmediatamente se escuchó el motor del barco que se ponía en marcha, viraba a babor y se internaba en el mar de frente a la tormenta, al timón estaba Simone Cousteau y no parecía estar dispuesta a dejar hundir al Calypso, como no sabía nada de náutica decidió ir mar adentro donde no podría chocar con nada. Viajaba hacia la tormenta.
Ocho horas duró la lucha entre el viejo dragaminas y el mar, ocho horas donde una mujer sola, que nunca antes había estado en un barco, sacaba fuerzas de la nada para evitar que los sueños de su marido se hundieran ese día.
Cuando la tormenta terminó llevó al barco hacia la costa que se veía a la distancia pero como no lo sabía atracar y ya no tenía ancla, simplemente lo dejó flotar a la deriva con el motor apagado esperando que los buzos, que miraban la maniobra desde tierra, se pudiera acercar a nado. Al llegar encontraron a una Simone sonriente que, ante la sorpresa de todos, los recibió con café caliente.
Pasaron muchos años y el viejo dragaminas se convirtió en uno de los buques oceanográficos más famosos del mundo, navegó por todos los mares y visitó todos los puertos. Cousteau adquirió fama internacional. En 1980, en un reportaje un periodista le preguntó si era difícil comandar el Calypso, Cousteau contestó:
“No si está Simone a bordo, ella es la cocinera, la madre de treinta marineros, la que aconseja, la que pone fin a las peleas, la que nos manda a afeitar, la que nos reta, la que nos acaricia, la peluquera de a bordo, nuestra mejor crítica, nuestra primera admiradora, la que salva al barco de las tormentas. Ella es la sonrisa cada mañana y el saludo antes de irnos a dormir. El Calypso podría haber vivido sin mí… pero no sin Simone”
REFLEXION
Una mujer que vivió entre cámaras y nunca se dejó fotografiar, no figuró en ninguna de las enciclopedias del Calypso se negó a ser vista en las películas y la mayoría de la gente nunca vio su cara.
Cuantas son las mujeres que han sido ignoradas, pero han hecho grandes cosas sin ser jamás reconocidas. Muy cerca de ti hay una mujer silenciosa hoy, puede ser la que barre tu oficina, o quizá tu madre, tu hermana, tu abuela, tu tía etcc.. Reconoce hoy su labor, dejaselo saber y reconocela publicamente, porque hoy podrías hacer para ella su mejor día.
UN SALUDO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCION
TU FUTURO NO ES UN JUEGO DE AZAR