Escrito el: 18 de Abril de 2008 a las 19:43
|
|
|
Hola Andresse,
soy nueva en este foro pero he visto tu solicitud y he sentido deseos por ayudarte en lo que pueda. Trabajo en una asociación en la que se presta servicio a personas con problemas de juego.
Todo adicto no es sino el reflejo de una persona con necesidades muy humanas, muy reales, muy comprensibles. Que, por los motivos que sean, no ha aprendido a satisfacer. En esta búsqueda muchas veces caemos en el error de proporcionar a algo ajeno a nosotros mismos (una máquina, una raya de cocaína, un cubata) el poder de paliar nuestra insatisfacción. Para dejar de jugar uno empieza precisamente dejando de jugar. Sin embargo, existe en la base algo más profundo, menos obvio, que necesita ser resuelto para no abocarnos al infierno reiterado de la adicción. La adicción nunca es, en un principio, un atentado contra uno mismo sino una forma poco afortunada, de lucha por sobrevivir al propio vacío. Si tu mujer deja de jugar, pero no descubre lo ke la ha impulsado a ello, si no ve el rostro al problema de trasfondo, si no busca caminos alternativos para afrontar ese problema, nunca podrá ser realmente libre, y la recaída será una cosntante. Es por ello que una visita a la seguridad social cada x tiempo no logrará ayudarla.
Existen asociaciones encargadas en primer lugar, de ofrecer cobijo. La vergüenza es algo frecuente cuando se cree que "el vicio" de uno es inconfesable y perverso. No es así, pero muchas personas se sienten así. En estos centros encontrará (encontraréis) un lugar donde poder hablar sobre esto cn personas ke van a entenderos (a ambos) porke atraviesan por la misma dificultad. Al principio, terapia individual, una vez a la semana, y también terapia grupal. Son formas excelentes para buscar caminos con que afrontar la vida y empezar realmente a vivirla, y por otro, para encontrar el consuelo de oídos permisivos que sin juicios nos permiten reposar, aprender, coger fuerza.
Muchas veces disuadir del juego mediante la amenaza es útil, para ke el miedo sea el motor del cambio. Yo no me muestro de acuerdo con recurrir a ello, sin embargo entiendo que la situación de desesperación ante la confesión temida nos lleva a un enfado derrotista, o acusador, a ganas de huir, de dejarlo todo, a creer ke no hay solución posible... Ella es libre de jugar o no jugar, tú eres libre de estar o no estar con alguien que juega. Tu decides. Pero, jamás utilices una amenaza si en realidad, no vas a cumplirla. Ser consecuentes en nuestras palabras es vital en este tipo de problemas.
Pregúntale si kiere dejar de jugar. Y si es así, soluciones, ya! Pedid cita, eso la comprometerá a presentarse, al menos la primera vez. En estos centros plantearan soluciones a corto plazo a veces poco gratas,como privarla de llevar dinero y por tanto depender de ti. Eso ya os lo explicará el psicólogo cuando acudais.
Es difícil, sin embargo, es posible. Veo el rostro de muchas personas que estban completamente perdidas, y hoy son personas autónomas, son personas felices, y sobretodo, son personas libres.
Espero ke tengais mucha suerte.
1 abrazo.
|