Escrito el: 06 de Febrero de 2007 a las 17:26
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Te explico mi caso muy brevemente por si te sirve.
Me enteré de que jugaba cuando ya teníamos una niña de 1 año aprox.
Me volqué en ayudarle con todas mis fuerzas, y me estuvo engañando, siguió jugando y yendo a terapia. Me daba las cuentas, pero sacaba dinero hasta de debajo de las piedras.
Me puse dura y le dije que no creía nada y empecé a controlar el dinero hasta la última peseta ( entonces no había euros ) y su salida fue robar todo lo vendible que teníamos en casa. Joyas, cámaras, herramientas....
Después de descubrir los robos le eché de casa y volvió a buscarme jurando y perjurando que lo iba a hacer bien.
Tras 14 meses sin jugar empezó a quejarse de la asociación a dejar de querer dar explicaciones de sus pequeños gastos y volvió a jugarse el sueldo tres meses seguidos.
Esta vez si que le dije que se marchase definitivamente, pero volvió a la semana aceptando las condiciones que yo pusiera.
Lleva en la nueva asociación 9 meses aprox. y sin jugar ni un euro. La única condición nueva que le he puesto, es que si vuelve a jugar se marcha y no volverá nunca más, que ni siquiera se moleste en preguntármelo.
Cuando le controlaba en la primera fase me odiaba tanto que llegó a amenazarme con marcharse. Le daba la vuelta a todo y me hacía llorar y sentir culpable. ESTABA JUGANDO.
Cuando no juega y puede demostrar que todo cuadra, no grita ni me insulta, simplemente se defiende con las armas de la verdad ante mis dudas.
Si él cambia las cuentas de la nómina, no me da explicaciones de los gastos, etc. lo tiene muy mal.
Si ha jugado por una situación imprevista, que no se puediese controlar de antemano, está más que perdonado.
Ejemplo: Imagínate que se encuentra en la calle una cartera con 100 euros y se los juega. Lógicamente él no podía prever esa situación, y tiene una enfermedad que le lleva a jugárselo. No ha sido premeditado, no se ha saltado ninguna norma, es lo que hay. Y si además me lo cuenta y lo cuenta en la asociación, no hay nada que recriminarle.
Ahora estamos bien, pero no es lo mismo que una relación normal de una pareja que confía a fé ciega en el otro. Hay una tensión que no se puede explicar, nunca puedes relajarte del todo, siempre tienes que estar con la mosca detrás de la oreja. O por lo menos por ahora, quizás después de 10 años sin problemas la cosa sea mucho más relajada, aunque nunca puedes olvidarte.
__________________ Que me crea tus mentiras no significa que sepas mentir, sino que por algún motivo me interesa creerte
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