Escrito el: 05 de Febrero de 2007 a las 19:42
|
|
|
Buenas, yo soy jugador, uno que hoy no ha jugado.
Cuando estamos en activo, sin querer parar esta enfermedad nuestra, tan grave y tan progresiva, no reconocemos el problema hasta que ...
Hoy, yo no sería capaz de compartir mi vida con alguien como yo que no quiere detener el implacable paso de la ludopatía por su vida y por la de los que le rodean.
Una boda se puede posponer, una compra o una venta de un piso se puede retrasar, ..., hay muchas circunstancias vitales que, unidas a los embates que nuestra enfermedad produce en nosotros y en nuestro entorno más cercano, se ven empozoñadas de tal manera que se convierten en un infierno.
Algo tan maravilloso como compartir nuestra vida con quien queremos puede dejar de serlo y convertirse en una condena. Cuando tengo/tenemos (yo vivo en pareja) que tomar decisiones, quizás no tan importantes como la que planteas, lo primero que hacemos es serenarnos, y luego, obrar en consecuencia.
La vida sigue, pero es mejor que siga feliz, que el tiempo cuente a nuestro favor, no a favor de la enfermedad.
Un abrasso.
__________________ Vive y deja vivir
|