Escrito el: 01 de Noviembre de 2006 a las 22:30
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A mí me parece muy importante, ese reconocimiento de la enfermedad, no sólo por parte nosotros, enfermos y familiares, cosa que no logramos captar hasta que no iniciamos la rehabilitación, sino a nivel general, de toda la sociedad.
Ya sabes, de los condicionantes, tanto de jugador como compañer"@, al iniciar nuestra recuperación, "ese qué dirán", "cómo se entere mi ...", y escuchamos en las primeras reuniones lo importante que es para nosotros informar, participar a nuestro entorno cercano, nuestra condición de enfermos. Y cuesta, pero se va haciendo. A mí por ejemplo, en el trabajo, me costó un mes comunicarlo en mi empresa: desde el día que iba a mi acogida (imagina cómo) que se lo tuve que decir a una compañera para dejar mi puesto de trabajo una hora antes de la salida, hasta que se lo dije a mi jefe.
A los niños, eran pequeños, se lo dije a los tres meses por prescripción de la psicóloga. Al principio, les vale eso de que "los papás se van a hacer un curso", "o al cine", ... , pero terminan tan extrañados que es mejor camino, como en todo, la verdad.
A mi vecino del 8º puede que no le importe, ni a mí, por eso no se lo digo. Pero hay gente que debe saberlo, y si lo haces, lo presentas como una enfermedad, con tu responsabilidad del comportamiento anterior, la gente es comprensiva y comienza a ver la ludopatia de forma distinta a esa imagen de un "tío o tía vicioso/a" echo polvo adosado a una maquinita, por ejemplo.
Ayudan poco las instituciones a la comprension de esta adicción por parte de la sociedad, la pariente pobre de todas ellas.
Imagino lo que sentista en la acogida, porque son muy especiales. Se sienten vibraciones mágicas. Empezar a devolver a un reciénllegado, a alguien como uno hace muy pocas 24 horas, algo de todo lo bueno que se está recibiendo.
Con el tiempo, magnífico aliado, antes enemigo nuestro, vamos levantando la frente y no nos avergonzamos de lo que fuimos, lo asumimos para no volver a caer; ahora estamos en pie y somos o empezamos a ser "personales normales". Ahora no nos importa que el sábado nos vieran en una céntrica calle repartiendo almanaques, trípticos, agendas, ... de nuestra asociación; no nos importa que nos vean en la puerta de ella fumando un cigarrillo y charlando con diez o doce compañeros.
__________________ Vive y deja vivir
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