Escrito el: 25 de Setiembre de 2006 a las 23:58
|
|
|
Serenidad, mucha serenidad. Si no nos paramos, las cosas pueden pasar de Málaga, a Malagón.
Debemos pararnos antes de reaccionar ante el otro; las cosillas hay que dejarlas aparcadas cuando ninguno de los dos estamos en ese momento para tratarlas. Un despegue, y no hay guerra si uno de los dos no queremos. Una tregua, y mañana se ven de otra manera.
Yo soy jugador y, ahora que logro pararme 8 de cada 10 veces, te comprendo. Y también comprendo a tu pareja, porque por ahí vamos pasando todos.
En mi caso, al empezar nuestro tratamiento comprendimos que la familia eramos esencialmente las 4 personas que convivíamos juntos, nosotros y los chiquillos. Nuestras madres respectivas dejaron de inmiscuirse en nuestras vidas porque así se lo hicimos ver, y eso que nos ofrecieron ayuda; pero, ni ella ni yo vamos contándole cosas que debían quedar en casa, entre mi pareja y yo.
Yo voy habitualmente a una Asociación, y me sienta divino.
Serenas 24 horas.
__________________ Vive y deja vivir
|