Escrito el: 23 de Setiembre de 2008 a las 17:52

No juego desde el 5 de agosto de este año, no cuento los dias.

Ayer lunes, esperaba cobrar el salario del mes. El asunto fue, que desde que supe que iban a pagar, me entraron unas ganas de ir a jugar a las máquinas, al casino. Una parte de mí, dice que no, que del  juego no sale nada bueno, que no quiero ir a jugar. La otra parte de mi mente solo imagina el momento de entrar en el salón de juegos. Puedo sentir el aire acondiconado, los destellos de las luces, el sonido de las maquinas....Solo pienso en ir.

Gracias a Dios, aún no pagan. No han pagado todavía. No tengo a nadie, nadie que me controle el dinero. Mi familia ya desistió y mis hermanos están cada uno en lo suyo. Que tienen familias grandes. En cuanto a las demás medidas, las llevo a cabo. NO me expongo, no paso por los lugares de juego, pero el pensamiento lo tengo en la cabeza y ese no puedo controlarlo.  Aunque esté haciendo algo, las máquinas están aquí en mi imaginación, diciendo ven, ven. Estoy asustada. Es locura?

Hace tiempo que teniendo dinero, no pensaba en el juego. Y ahora la imaginacion no me deja quieta. Esto va a ser siempre asi?

Ayer, previniendo una recaída llamé a todos mis compañeros, no pude contactar a ninguno, tenía que hablar con alguien. Repito, gracias a Dios que no pagaron. Me pase el dia entero a la expectativa, a ver si entraba el dinero en mi cuenta. Es decir creo que no fui a jugar porque simplemente No tengo dinero!.

 Bueno, ya, era todo lo que tenia que decir y lo dije. Felices aquellos que pueden controlar sus pensamientos y sus ganas.

Escrito el: 29 de Setiembre de 2008 a las 05:59

Gracias Cristalera amiga por darme animos.  Al fin emcuemtro a alguien que me entiende!

El dinero no me sobra, sabes?. Es mas, lo que cobro no me alcanza para pagar las cuentas del mes y las deudas. Tengo que hacer malabarismos para satisfacer medianamente los requerimientos economicos de mi casa. Pero cuando entra un dinerito... todas las cuentas que aguanto el papel y el lapiz se quieren ir a la porra.

Antes, lo hacia, me iba a jugar, y eso solo acrecentaba mis duedas, porque jugadora al fin, no paraba hasta haberlo perdido todo, y ya perdiendo todo el sueldo, en el mismo casino, pensaba a quien o como iba a pedir prestado para pagar las cuentas, buscar nuevamente un dinero que tuve en mis manos y que sabiendo lo que iba a suceder, habia jugado.

Pero atesoro tus sugerencias, amiga mia, y espero que en un futuro, pueda recompensarme a mi misma, regalarme algo necesario o bonito, ese vestido que me gusta o un fin de semana de vacaciones, del que solo me acuerdo cuando estoy derrotada y sin un centimo.

Abrazos