Escrito el: 12 de Noviembre de 2006 a las 07:52
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Yo no le doy muchas vueltas a lo que me pasa, si acaso reflexiono al final del día, haciendo balance y tomando alguna decisión, pero no le doy ninguna vuelta a ninguna máquina porque soy jugador como tú, y ya sabes, no podemos parar, y tras la vuelta, viene la revuelta, el billetón, el cajero, el préstamo, y más gasolina.
Yo comprendí que no podía llevar dinero, no por "siempre", sino por un período de tiempo que llaman "tratamiento" y es compartido con otros jugadores como yo, en un sitio que llaman "asociación". Porque, entre otras cosas, yo no sabía para que servía "mi" dinero, ni sabía que "mi" dinero era "nuestro" dinero, el de "mi" familia, esa gente con la que vivo y seguía conmigo a pesar de mi curriculum biográfico ludópata. Me dijeron que no llevara dinero, y que ese tema lo dejara a otros, que le endiñara toda mi economía, que se limitaba a mucho número rojo, y así lo hice.
Ayer no jugaste, resististe la tentación. Antes de tener un tratamiento, a mí me ocurría lo mismo, no una sino decenas de veces, hasta que un buen día, tan bueno como cualquiera de los anteriores, tan malo como otro cualquiera, tan del montón como otros muchos, a pesar de mis buenas intenciones, de mis promesas, de mis juramentos, algo se torcía entre mis conexiones y mi neurona única, y estaba jugando. Y yo no había querido. Me pasaba a mí, por eso aprendí a no tentarme, a no darle cancha al bichito, a llevar sólo el dinero que necesitaba, a mí me ha servido, por eso os lo cuento.
Buen día.
__________________ Vive y deja vivir
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