En una etapa de nuestra vida, en la que nos encontramos en el camino de la recuperación de la enfermedad, de nuestra recuperación como personas, de recuperación de unos valores morales que por el juego perdimos, en definitiva de recuperación de tantas y tantas cosas que le juego nos quito, es bueno por lo menos así lo pienso saber de donde venimos.
Cada uno de nosotros, jugadores compulsivos, hemos llegado a esta situación por caminos variados, pero todos hemos llegado al mismo lugar de destino, unas vidas destrozadas por el juego, da igual cual ha sido el sendero por el que hemos accedido a esta situación, maquinas,bingos, casinos, juegos variados etc,etc, el final ha sido el mismo, el juego nos ha derrotado, el juego nos ha vencido, y tenemos que tenerlo presente para estar atentos a las trampas que se nos iran tendiendo en nuestro caminar, saber porque jugabamos, es una pregunta con tan variadas respuestas, que cada uno de nosotros podria escribir un libro con sus experiencias, son esas experiencias las que me llevan a saber el daño que el juego ocasionaba en mi vida, el mal que estaba sembrando a mi paso, como el caballo de atila, el juego destrozaba todo los lugares por los que iba pasando, familia, trabajo, amistades, por eso hoy sigo teniendo muy presente todo eso en mi vida, de vez en cuando me gusta pensar en el cambio que se ha producido en mi vida, comparar como era y como soy, como van poco a poco cambiando los defectos de caracter, como me voy convirtiendo en otra persona, ver como los seres queridos, los amigos, los compañeros van notando ese cambio en mi.
Eso me da fuerza para seguir adelante, me da la fuerza necesaria para recargar las pilas diariamente y continuar con el camino emprendido hace ahora ya ocho años y un poco.
Se de donde vengo, se porque he llegado a esta situación, explicación valida no se darmela, pues la conclusión siempre es la misma, jugaba porque me daba la gana, por esa misma logica aplastante, decidi no jugar más a nada, decidi cambiar mi vida, se de donde vengo y se a donde quiero ir, y para llegar al lugar, a la meta que me he propuesto en esta vida, el juego no es compañero de este viaje, en mi maleta no tiene espacio, en ella solo caben la ilusión, la felicidad y el compartir con los demás lo que en su día compartieron conmigo su ayuda, su apoyo, su ilusión, esa maleta pesa cada día más, cada día esta más llena de cosas buenas, pero ese peso merece la pena, pues esa carga es mejor que la de vivir atrapado por el juego el resto de mi vida.
Se de donde vengo pero se a donde quiero llegar...A SER FELIZ

UN SALUDO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCION
TU FUTURO NO ES UN JUEGO DE AZAR