Escrito el: 30 de Oc tubre de 2011 a las 00:04
|
|
|
Estuve este miércoles en una conferencia de mi Asociación, pero de la de mi enfermedad "A". Había estado el martes comiendo con un compañero, que me animó a volver, ya que hacía 4 años que la había abandonado, y ese día se celebraba la reunión de los "jóvenes", o como nos han dado en llamar los de "Inicio Temprano".
El caso es que el tema de la charla trataba sobre el "Control de Impulsos". Entre otros efectos secundarios de nuestra medicación, se hizo referencia en numerosas ocasiones al tema de la ludopatía. Me sorprendí a mí misma, levantándome y confesando en voz alta lo que había pedido a mi amigo, justo el día anterior, que no contase a nadie.
Me miraban "alucinados", con esa cara que ponen todas las personas de las que he oído las mismas frases: "¿Pero como es posible que tú hayas caído en eso?"; "¿Por qué tardaste tanto en contarlo?"; "Vaya, te creía más lista que todo eso".
Sin que estas frases fuesen hechas en voz alta (NADIE confesó que le hubiera pasado lo que a mí), la neuróloga y la psicóloga que estaban presentes, debieron ver las preguntas y respondieron que: de todas las adicciones, manías, compras compulsivas, descontrol de impulsos, etc..., la que más se tardaba en CONFESAR, era precisamente la ludopatía, por la carga de desprecio que conllevaba en nuestro entorno cercano". Así, era más fácil decir que "me he vuelto adicta al chocolate, a hacer regalos a los demás, etc., que reconocer algo socialmente tal mal visto como la ludopatía, y otro efecto secundario que se dá en muchos enfermos (mayoritariamente en varones), la hiperactividad sexual.
Resultó curioso, que una vez acabada la conferencia, de mi grupo "más cercano" (que serán unos 7), 6 de ellos se acercaron a mí, y VINIERON A RECONOCER SU LUDOPATÍA. Algunos, ya en la ruina, otros intentando "dejarlo" con un cambio de medicación. Realmente alucinante.
Mi reflexión ese día fué, que si cuesta tanto trabajo reconocer ésta enfermedad, como consecuencia del tratamiento de otra, ¿cómo no le va a costar a quién puede parecer a simple vista, que si "cae" es por "simple capricho o vicio"?. Por eso cuesta tanto. Esa es una lucha a ganar, como otras tantas, en las que mi buen amigo Ángel, me intentaba convencer el otro día mientras me llevaba a casa, para retomar el camino que voluntariamente, decidí abandonar hace 4 años.
En ello me meteré, porque así lo he dicho, pero a unos días de tomar una decisión crucial en mi vida, me comprometo a no dejar mi lucha contra esta otra enfermedad colateral. Hay demasiado dolor de por medio, y si me es posible disponer de más tiempo libre, seguro que se me ocurren ideas de como llenarlo, por ejemplo en hacer entender a quienes padecen nuestra enfermedad, y aún no han tocado fondo, que no hay vergüenza en reconocer lo que nos pasa. Es más, si somos capaces de quitar esa losa, muchos hogares podrán salvarse de la hecatombe, porque si algo he visto que se repite una y otra vez, es la rotunda negativa a confesárselo a nuestros seres más cercanos. Total para el mismo final: a pesar de los esfuerzos por ocultarlo, SIEMPRE se acaba sabiendo cuando ya no vemos más salida.
Por ahora, no puedo decir más, pero ya iré contando. También haré el firme empeño de intentar sintetizar, porque al final no sabré si ganamos una batalla por la lucha, o por puro aburrimiento del adversario.
Claro que, ¿qué más da?. Ja, ja, ja.
|