Escrito el: 22 de Enero de 2011 a las 15:14
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DEJA DE COMPADECERTE
“ANTE LO INEVITABLE, ALGUNOS SE QUEDAN DESCORAZONADOS, OTROS SE HACEN MAS FUERTES, Y LOS MAS SABIOS APRENDEN”
Erase una vez un sabio muy conocido que vivia en una montaña del Himalaya. Cansado de convivir con los hombres, habia optado por una vida sencilla, y pasaba la mayor parte de su tiempo meditando.
Su fama, no obstante, era tan grande que las personas estaban dispuestas a caminar por estrechos senderos, subir colinas o vadear caudalosos rios, para conocer a aquel hombre santo, al que creian capaz de resolver cualquier angustia del corazon.
Este sabio, como era un hombre muy compasivo, no dejaba de dar consejo aquí y otro alla, pero procuraba librarse cuanto antes de los visitantes no deseados. A pesar de todo, estos aparecian en grupos cada vez mayores y, en cierta ocasión, una multitud golpeo su puerta diciendo que el periodico local se habian publicado bellas historias sobre el, y sobre como sabia superar las dificultades de la vida.
El sabio nada dijo, les pidio a todos que se sentasen y esperasen. Pasaron tres dias y no paraba de llegar gente. Cuando ya no quedaba espacio para nadie mas, el se dirigio a la muchedumbre que esperaba frente a su puerta:
Os voy a dar la respuesta que todos quereis. Pero debeis prometerme que, a medida que vuestros problemas se solucionen, les direis a los nuevos peregrinos que me fui de aquí, de manera que yo pueda continuar viviendo en la soledad que tanto anhelo. Los hombres y mujeres presentes hicieron un juramento sagrado: si el sabio cumplia lo prometido, ellos no dejarian que ningun otro peregrino subiese a la montaña.
Contadme vuestros problemas pidio entonces el sabio.
Alguien comenzo a hablar, pero fue inmediatamente interrumpido por otras personas, ya que temian que no tuviera tiempo de escucharlos a todos. A los pocos minutos, la situación era caotica: multitud de voces gritando, gente llorando, hombres y mujeres arrancandose los cabellos de desesperación, ante la imposibilidad de hacerse oir.
El sabio dejo que la escena se prolongase un poco mas, y por fin grito:
¡SILENCIO!
La multitud enmudecio inmediatamente.
Escribid vuestros problemas y dejad los papeles aquí, frente a mi.
Cuando todos terminaron, el sabio mezclo todos los papeles en una cesta, pidiendo a continuación:
Id pasando esta cesta de mano en mano, y que cada uno saque un papel y lo lea. Entonces podreis cambiar vuestro problema por el que os ha tocado, o pedir que os devuelvan el papel con el problema que escribisteis originalmente.
Todos los presentes fueron tomando una de las hojas de papel, la leyeron y quedaron horrorizados.
Vieron que aquello que habian escrito, por muy malo que fuese, no era tan serio como lo que afligia a sus vecinos. Dos horas después intercambiaron los papeles, y cada uno volvio a meter en su bolsillo su problema personal, aliviado al saber que su aflicción no era tan dura como imaginaba.
Agradecieron la leccion, bajaron la montaña pensando que eran mas felices que los demas y cumpliendo el juramento realizado ya no permitieron que nadie perturbase a aquel hombre santo.
REFLEXION
Por muy horrible que nos parezca nuestro problema, seguro que hay otros mucho peores, y mas cerca de lo que imaginamos. En lugar de compadecernos, desdramaticemos y pongámonos en accion para tratar de resolverlo.
UN SALUDO
TODO PROBLEMA TIENE SOLUCION
TU FUTURO NO ES UN JUEGO DE AZAR
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